jueves, 11 de mayo de 2017

Calentamiento global ¿Sobrevivirá la Amazonía al cambio climático?



Si tuviéramos que describir la vida en la Tierra en unas pocas líneas, sin duda entre ellas mencionaríamos a la Amazonía. Ese lugar único que ocupa la parte norte de Sudamérica, encabeza la lista de elementos irremplazables del planeta, y es por eso, quizá, que la posibilidad de que desaparezca es tan angustiante. ¿Podríamos perder a la Amazonía para finales del siglo XXI debido al calentamiento global? La respuesta más honesta es que nadie lo sabe aún. No obstante, hay algunas pistas que no podemos ignorar.

Una clave importante es que según simulaciones climáticas, la Amazonía ya habría experimentado algo parecido hace 20.000 años. Hay evidencia de condiciones de sequía similares a las que podría sufrir durante este siglo, de las cuales la Amazonía, al parecer, logró sobreponerse debido a su buen estado de conservación y gran biodiversidad, que en el largo plazo, llevaron a su recuperación.

La segunda clave es que en décadas recientes la Amazonía ha sufrido impactos importantes del cambio climático combinados con otras presiones —tales como sequías de extraordinaria magnitud en la Amazonía brasilera en 2005 y 2010— y ha reaccionado más o menos favorablemente. Es decir, no ha experimentado masivas transformaciones de vegetación ni extinciones de especies. Esto ha sido, en parte, gracias a la gran red de áreas protegidas y territorios indígenas que cubre la mitad de su extensión y actúa como una barricada ante múltiples amenazas. Sin embargo, el hecho de que la Amazonía como un todo no se haya visto masivamente afectada aún, no quiere decir que los impactos no estén causando estragos.

Tragedia de la castaña

A inicios de abril de este año la tragedia de la castaña en el norte de Bolivia ocupó varios titulares locales: 30.000 familias se quedarían sin su sustento durante seis meses debido a que la recolección de la nuez amazónica decayó en un 80% por un cambio en las condiciones climáticas. También hace algo más de un mes barrios enteros en Mocoa, ciudad amazónica colombiana, desaparecieron llevándose consigo más de 300 vidas humanas debido a la crecida de tres ríos. Estos eventos tienen causas múltiples, entre ellas variaciones naturales, pobreza y débil planificación. Sin embargo sabemos que el cambio climático puede interactuar con la vulnerabilidad del tejido socio-ambiental para amplificar calamidades como estas.

Entonces, ¿qué nos depara el futuro?

Las predicciones indican que hasta finales del siglo XXI los cambios se van a acentuar —con hasta 3°C de aumento en temperatura en la Amazonía—, y con ellos se vería modificado el ciclo que regula el clima de Sudamérica, producto de la relación entre árboles y ríos amazónicos, corrientes del Atlántico, montañas de los Andes y circulación del viento.

Las posibles consecuencias van desde pérdida de hábitat de especies clave, variación en las lluvias —de toda la región—, incremento de incendios forestales, sequías e inundaciones en el mejor de los casos, hasta una transformación definitiva de la vegetación en los escenarios más pesimistas. No sabemos en qué punto los cambios llegarían a ser más fuertes de lo que la Amazonía puede soportar, ni cuánto tiempo le tomaría recuperarse.

Finalmente, la respuesta a si la Amazonía sobrevivirá, aunque llena de incertidumbres, apunta a que la Amazonía cambiará con el cambio climático pero perdurará, siempre y cuando esté bien conservada. De ser así, hay una posibilidad, quizá pequeña, de que se adapte a las nuevas condiciones a lo largo del tiempo sin perder su esencia. Tal vez una pregunta más relevante es: ¿Los seres humanos que dependemos de la Amazonía tal como la conocemos hoy en día, correremos la misma suerte? Algo que podemos afirmar con certeza es que el destino de la Amazonía y el nuestro se definirán por el éxito que tengamos en frenar las múltiples amenazas que afectan a este sitio tan importante para el planeta.

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