miércoles, 17 de febrero de 2016

Un “earthship”, la primera casa ecológica en Tarija



Un “earthship” o “navetierra” (en castellano), para cuya construcción se eligió San Jacinto Norte está en la etapa final de su construcción. Una vivienda en la que lo importante es la optimización del uso de la energía y los recursos naturales.
El creador es Roberto Ruiz Bass Werner, quien siempre soñó con reproducir este tipo de vivienda “ecológica” cuya idea original es del norteamericano Michael Reynolds, que en la década de los 70 creó el concepto de “Earthship Biotecture” y construyó viviendas que aplican esta técnica que se enmarca en lo que es la “vida radicalmente sostenible”.
Aunque aún no está terminada, la vivienda ya tiene la forma que caracteriza a otras construidas en otros lugares del mundo. “Es una construcción en forma de ‘U’ que se ubica 15 grados al norte para que durante el invierno el sol penetre en la vivienda y caliente los ambientes. En verano, en cambio, no llega el sol por lo que no se calienta y se mantiene una buena temperatura”, de este modo, se proporciona una calefacción solar pasiva al maximizar el calor del sol en invierno y minimizar sus efectos en el verano.
La casa se yergue junto al río Tolomosa, luce rústica y al mismo tiempo moderna debido a los materiales y formas utilizadas en su construcción.
Está construida en base a llantas de autos viejas, rellenas con tierra, piedra y cemento, cumpliendo con el objetivo de utilizar el reciclaje como concepto ecologista.
La pared posterior de la vivienda se arrima a las orillas del río Tolomosa y el techo en pendiente cae para ese lado. “Este tipo de construcción permite utilizar el techo para capturar el agua de lluvia que se puede utilizar durante todo el año”, explica Ruiz mientras nos muestra el techo que se convertirá en una especie de terraza con césped, cuya principal función será la recolección de agua de lluvia para el consumo.
“El techo está hecho de loza, que la hemos pintado y por encima le hemos colocado plásticos, todo reciclado, bolsas nailon, las bolsas de comida del perro, luego van piedras, encima de las piedras telas, alfombras viejas y por encima tierra”.
El principio de la “navetierra” es el de un hogar autosuficiente, minimizando energía y combustibles fósiles, por lo que además del sistema de recolección de agua, del tratamiento de las aguas utilizadas y su reutilización, contempla la dotación de electricidad a partir de paneles solares, un sistema mixto eólico solar, un calefón solar, sistemas de ventilación y calefacción propios que han sido hábilmente pensados y ubicados por el propio ingeniero.
La obra inició en 2011 y ha sido realizada poco a poco, explica Ruiz ante la pregunta de por qué se ha demorado casi cinco años en su construcción. “Hemos tardado porque la íbamos haciendo con lo que me sobraba de mi sueldo, así que cuando reunía unos tres meses un poco de plata yo los convocaba a los muchachos, que son vecinos míos y avanzábamos”. Son tres los constructores, comunarios de San Jacinto, quienes ayudaron a Ruiz a erigir la casa con la que soñó y cuyo impulso final lo pudo lograr luego de la venta de la casa que heredó de sus padres.
Todo en la casa cumple alguna función, ya sea para proveer de agua, energía, calor, aire fresco, para cultivar alimentos, cocinarlos, y en general, proporcionar comodidad a sus habitantes.
Una pequeña piscina es parte del sistema de almacenamiento y distribución del agua. A su lado y a lo largo de techo inclinado de policarbonato y vidrio templado se construyó el lugar para el jardín interior en el que Ruiz espera cultivar variedades de plantas que, además de adornar la casa, le proporcionarán alimento.
El sistema de riego está hábilmente pensado para reutilizar el agua que provendrá de la cocina. Allí, un sistema de separación del agua, a modo de una pequeña planta de tratamiento, permitirá rescatar el agua para utilizarla en el riego del jardín.
Parte del complejo sistema de recolección y purificación del agua es un foso que circunda la casa y en el que crecen bambúes, cañahuecas y los jacintos acuáticos que contribuyen al sistema autosostenible de la vivienda.
La preparación de comida también ha sido pensada en términos ecológicos y de ahorro de energía, ya que, un pequeño fogón, unido a un horno, funcionará bajo el sistema rocket (cohete) para que con un poco de leña se pueda cocer los alimentos simultáneamente. “Se puede hacer cocer aquí el arroz mientras en el horno se cuece el pollo”, ilustra Ruiz.
Al lado de la cocina se encuentra el cuarto que servirá de biblioteca y lugar de trabajo, en él se ha instalado un sistema de calefacción que consiste en una estufa rocket que le permitirá calentar el ambiente en invierno para enfrentar las jornadas de trabajo durante la época fría.
Al caminar por la casa ya se puede percibir los cambios de temperatura logrados por las características de la construcción y sus materiales. En el caluroso verano actual, inusual en Tarija, dentro de las habitaciones se percibe el ambiente fresco proporcionado por las paredes de llantas, tierra y piedra, el sistema de ventilación y los pisos de tierra.

Energías renovables y material reutilizable

Los constructores
Los artífices de la construcción son comunarios de San Jacinto Norte y han sido dirigidos por Roberto Ruiz para construir la primera casa tipo “nave tierra” en Tarija, de lo cual se sienten muy orgullosos.

La energía
Dentro del concepto de un hogar autosuficiente se busca minimizar el uso de energía de restos fósiles. Para la calefacción de la biblioteca una estufa a leña permitirá trabajar en el escritorio durante el invierno.

El agua
El uso eficiente del agua se logrará recolectando agua de lluvia en el techo de la vivienda, que tendrá una terraza con césped que cubrirá las capas de piedra, tierra y objetos reciclados que filtrarán y contendrán el agua.


No hay comentarios:

Publicar un comentario