jueves, 17 de septiembre de 2015

Plantemos árboles

El momento ideal para plantar un árbol es durante la estación de lluvias, en las zonas tropicales y subtropicales, o el período de letargo, en las zonas templadas, después de la caída de la hoja o antes del brote de las yemas.

La manipulación adecuada durante la plantación es condición imprescindible para garantizar un crecimiento sano. La debida preparación del lugar antes y durante la plantación, junto con un seguimiento adecuado posterior, hace posible que los plantines echen raíces rápidamente en el nuevo lugar y superen la dura prueba que se conoce con el nombre de "estrés del trasplante", fenómeno que puede frenar el crecimiento y reducir el vigor del árbol.

Para plantar un árbol:

1. Excave un hoyo que sea al menos dos veces más ancho que la bolsita que los contiene para que las raíces puedan extenderse. Extraiga el árbol de su contenedor. No olvide que el contenedor puede utilizarse de nuevo.

2. Coloque el árbol en el hoyo destinado a su plantación. No levante el árbol por el tronco. Procure no plantarlo a una profundidad excesiva. Compruebe que la línea de suelo del árbol joven sea superior a la superficie del hoyo circundante.

3. Con una pala, añada algo de tierra. Compruebe que la profundidad de plantación es adecuada y haga los ajustes necesarios. Compruebe que el árbol está recto. Rellene el hoyo con cuidado pero también con firmeza. Compacte la tierra alrededor de la base.

4. No se recomienda aplicar abono en el momento de la plantación. Riegue el plantín abundantemente. No trate de sujetar el árbol con estacas. Cuanto antes pueda el árbol mantenerse por sí solo, antes se fortalecerá.

5. Siga cuidando el árbol después de plantarlo. Protéjalo de plagas y enfermedades, eliminando las plantas próximas que puedan provocar daños. Elimine las malas hierbas que compitan con las raíces del árbol en búsqueda de humedad y nutrientes. Proteja el árbol.

6. Si procede, espacie los árboles debidamente para evitar la competencia por el aire y los nutrientes del suelo, y favorezca el crecimiento de las ramas. Vigile el peligro de sequía y riegue el árbol si es necesario, sobre todo durante los primeros meses. Mantenga siempre una circulación adecuada del aire en el árbol podándolo en la forma necesaria para evitar plagas y otras enfermedades.

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