jueves, 14 de mayo de 2015

Explorando la biodiversidad de Bolivia

Miles de flamencos se reúnen en los lagos y lagunas de la Reserva Eduardo Avaroa en el Altiplano Andino. Los flamencos de James (Phoenicopterus jamesi), mostrados en la fotografía, pertenecen a una de las tres especies que se han adaptado a este ambiente frío y extremadamente salino. Estas aguas salinas están llenas de plantas y animales microscópicos, que los flamencos ingieren luego de filtrar el agua a través de densas filas de "dientes" en sus picos. Esta área, a pesar de encontrarse tan alejada, se ha convertido en la reserva de vida silvestre más popular de Bolivia. El Gobierno está buscando un equilibrio entre los beneficios económicos potenciales del turismo y sus impactos sobre el ambiente.

RANA CANTORA

Esta rana (Sphaenorhynchus lacteus) es común en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco. Durante la época húmeda las ranas cantan para atraer pareja, y las hembras ponen sus huevos dentro o cerca de agua. Debido a que las ranas y otros anfibios viven en estrecho contacto con el agua y tienen la piel permeable, son de los primeros seres vivos en sufrir cuando el agua se contamina o desaparece. Actualmente, más de un tercio de los anfibios a nivel mundial están amenazados, y aunque muchos viven en áreas protegidas, las amenazas generalmente traspasan los límites de estas reservas.

PARABA AZUL-AMARILLA

De colores vivos, la paraba azul-amarilla (Ara ararauna) vive en casi toda la cuenca amazónica y come la pulpa dulce de las frutas de palmeras. Mientras que las parabas azul-amarillas son relativamente comunes en Bolivia, la paraba barba azul (Ara glaucogularis) está críticamente amenazada debido a una intensa captura por cazadores que venden estas aves para el comercio ilegal de mascotas. Actualmente existen menos de 100 parabas de esta especie en el mundo, habitando en "islas" de bosque en las sabanas de la región boliviana del Beni.

GATO ANDINO

Aunque los científicos sospechan que el gato andino (Oreailurus jacobita) es una especie amenazada, solo comenzaron a estudiar su biología y distribución hace unos pocos años. El 2004, los investigadores por primera vez pudieron poner un radio-collar en uno de estos animales para poder seguir sus movimientos. Mucha gente en los Andes cree que matar a un gato andino trae mala suerte. Sin embargo, si un cuero de este gato es encontrado o heredado, se considera una prenda de gran valor, y los cueros rellenos son utilizados en ceremonias y fiestas tradicionales.


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